¿Sabías que cuando la deshidratación excede un 2% del peso corporal, el rendimiento y la capacidad de trabajo disminuyen? La deshidratación también afecta la toma de decisiones y la función cognitiva, traduciéndose en un descenso de la productividad y aumento del riesgo laboral. Además, puede generar dolores de cabeza, cansancio, falta de concentración y calambres.
Considerando lo anterior, una correcta hidratación mejora la sensación de bienestar de cualquier trabajador, previene accidentes laborales y bajo rendimiento. Si pensamos que buena parte de nuestro día estamos en el trabajo, conviene tomar cartas en el asunto e hidratarnos correctamente.
El Instituto de Investigación de Agua y Salud, en su Guía de Hidratación, entrega una serie de consejos, pautas y hábitos para asegurarnos no solo un nivel hídrico adecuado, sino también para rendir más en el trabajo y sentirnos mejor.
1-Al levantarte
Bebe pequeños sorbos de agua al levantarte por la mañana (1 o 2 vasos). Te servirá para recuperar los líquidos perdidos durante el sueño. Ayuda a la movilidad intestinal, a la activación del organismo y a llegar bien hidratado al trabajo.
2-Antes de salir
Antes de salir de casa no te olvides de llevar una botella de agua: te permitirá mantener un nivel de hidratación adecuado y constante durante el trayecto al trabajo.
3-Durante la jornada
Durante tu jornada laboral bebe de forma constante unos 330 ml cada 2 horas. Dependiendo de la duración e intensidad del trabajo, realiza descansos periódicos para rehidratarte y reponer energías.
4-Comer lo justo
Durante el trabajo evita comidas copiosas y consume una dieta equilibrada rica en vegetales, verduras y frutas.
5-A la hora de almuerzo
A la hora de almuerzo bebe pequeños sorbos de agua (1 o 2 vasos, o una botella) durante la ingesta de alimentos. Esto facilitará la digestión y la absorción de nutrientes y vitaminas necesarias para el buen funcionamiento del organismo.
6-Al aire libre
Si realizas trabajos prolongados al aire libre o con temperaturas extremas, la piel reducirá su capacidad de protección. Una adecuada hidratación te ayudará a humedecer los tejidos y a preservar la elasticidad y resistencia de la piel.
7-Esfuerzo físico
Si realizas un trabajo que requiere gran movilidad o un esfuerzo físico intenso, mantener una hidratación adecuada y constante te ayudará a proteger los huesos y articulaciones, y a prevenir la osteoporosis.
8-Al acostarte
Bebe a pequeños sorbos un vaso de agua antes de acostarte. Facilitará que tus riñones procesen las toxinas y desechos del organismo acumulados a lo largo del día, así como la regeneración de células y tejidos. Previene derrames cerebrales e infartos.
9-Más allá de la sed
No confíes únicamente en la sensación de sed para beber. Tener cerca una botella de agua te ofrecerá la garantía y la seguridad de hidratarte de forma sana y natural a lo largo de toda tu jornada laboral.