¿La deshidratación puede afectar tu salud mental?

La deshidratación puede afectar la salud mental

Aunque no lo creas, existe una relación entre la deshidratación y la salud mental. De hecho, dos estudios, uno de 2018 y otro de 2024, apuntan a que las personas que beben menos agua son más propensas a decir que se sienten ansiosas y deprimidas.

No se trata de pensar simplemente y decir que beber o no beber agua puede ser la solución o causa de enfermedades mentales. Pero estos y otros estudios demuestran que el agua desempeña un papel vital en nuestro estado de ánimo.

Para entender mejor la relación, Susan Albers, psicóloga de Cleveland Clinic, se refiere al impacto neurológico y psicológico de estar deshidratado.

Provoca desequilibrios hormonales

Cuando no bebes suficiente agua aumenta la producción de cortisol, la hormona del estrés. En respuesta, disminuye la producción de la hormona de la felicidad. Si además faltan neurotransmisores que te hacen sentir bien, como la serotonina, la dopamina y la oxitocina, se produce un desequilibrio hormonal puede provocar irritabilidad, tristeza, agotamiento y otros síntomas.

Provoca una respuesta de lucha o huida

Los desequilibrios hormonales no solo afectan el estado de ánimo, sino también otras funciones corporales. Cuando tu nivel de cortisol aumenta, entras en un estado de alerta, y cuando eso sucede empiezas a experimentar síntomas similares a la ansiedad: ritmo cardíaco acelerado, respiración rápida, transpiración, tensión muscular.

Te hace sentir físicamente incómodo

La deshidratación puede provocar dolores de cabeza, fatiga, calambres musculares, estreñimiento y más. Y cuando tu cuerpo no se siente en su mejor momento, tu mente suele seguir el mismo camino.

Afecta la función cognitiva

La deshidratación desequilibra los electrolitos (sodio, calcio, magnesio, potasio y otros). Entre otras funciones, los electrolitos regulan el funcionamiento cognitivo y cuando se desequilibran pueden afectar diversos procesos como la atención, el aprendizaje, la toma de decisiones, la memoria y el uso y comprensión del lenguaje. A esto se le conoce como niebla mental. “Estar bien hidratado ayuda al cerebro a funcionar al máximo, manteniéndote alerta, concentrado y lúcido. La niebla mental y la depresión a menudo van de la mano”, señala Albers.

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