Además de quitar la sed y aliviar el calor, beber agua es fundamental para la conservación de funciones importantes de nuestro organismo. El cuerpo necesita hidratarse porque pierde agua al respirar o transpirar, por ejemplo.
Hablamos de deshidratación cuando se usa o se pierde más líquido del que se ingiere, y el cuerpo no tiene suficiente agua y otros fluidos para llevar a cabo sus funciones normales. Aunque cualquier persona puede deshidratarse, esto es especialmente peligroso en niños y adultos mayores.
Natalia Contreras, académica Nutrición y Dietética de la Universidad Andres Bello, menciona a continuación las señales más comunes de deshidratación a las cuales debemos estar atentos:
- Boca seca
- Orina oscura o escasa
- Piel poco elástica
- Cansancio
- Mareos
- Dolor de cabeza
- En casos más avanzados puede haber confusión o somnolencia
“Si notamos estos signos es fundamental ofrecer agua de inmediato, y si hay pérdida excesiva de líquidos por fiebre, diarrea o vómitos, considerar el uso de soluciones con electrolitos bajo supervisión médica”, señala.
¿Cuánto tiempo se puede estar sin agua?
La académica de la UNAB explica que una persona puede sobrevivir, en promedio, entre 3 a 5 días sin consumir agua, aunque este tiempo puede reducirse drásticamente si hay fiebre, calor extremo o pérdida de líquidos por vómitos o diarrea.
Sin agua, el cuerpo entra rápidamente en un estado de deshidratación severa, lo que compromete funciones vitales como la regulación de la temperatura, la función renal y cerebral, y puede llevar a la muerte.
“Quiero ser enfática en señalar que privarse voluntariamente de agua no es una práctica segura ni recomendable en ningún contexto clínico ni personal. Incluso deshidrataciones leves pueden afectar el rendimiento cognitivo, el estado de ánimo y la salud cardiovascular de una persona”, precisa.