El aporte de agua siempre es importante. Pero cuando se incrementa la actividad física o se practica algún deporte, la importancia se multiplica en relación con la duración e intensidad del ejercicio.
La Dra. Magda Carlas, en su libro “Más claro que el agua”, explica que un niño, al igual que un adulto, puede tener gran actividad física sin realizar ningún tipo de deporte. Jugar, correr o simplemente caminar deprisa constituye un aumento claro de esta, lo que a su vez produce entre otras cosas aumento de la temperatura corporal y mayor sudoración, es decir, una mayor pérdida de agua por la piel y por la respiración.
En resumen: el ejercicio hace que se necesite más agua. Según la autora, de los 2-2.5 litros al día que necesita un adulto sedentario podemos pasar a 15 litros diarios en el caso de una persona que practique una maratón de varias horas. Por supuesto, la mayoría de nosotros no es deportista profesional ni corre cuatro horas cada día. Pero incluso cuando el ejercicio no dura más de una hora, ya se recomienda ingesta de agua extra. ¿Por qué? Porque una rehidratación correcta, aparte de evitar problemas beneficia el rendimiento y reduce las probabilidades de lesiones osteomusculares.
Claves de hidratación
La Dra. Carlas, quien es Máster en Ciencias de la Alimentación, detalla en su libro algunas claves de hidratación a tener en cuenta cuando hacemos ejercicio, sin entrar en el ámbito del deporte profesional:
- Es recomendable beber antes de empezar, especialmente en el caso de un ejercicio muy intenso. Unos 250-500 cc de agua según el tipo de ejercicio y las características personales. Esto es muy importante si el ejercicio dura más de una hora.
- Iniciado el ejercicio, a partir de los 30 minutos ya es recomendable una cierta rehidratación.
- Una pauta de rehidratación que puede ser válida para un ejercicio medianamente intenso es de 150-250 cc agua cada 20 minutos.
- Es importante que el agua esté a una temperatura entre 10-15 °C (no fría), que es cuando tiene más poder de rehidratación.
- El grado de humedad tiene mucha importancia en el tema de la hidratación. Cuanto más seco sea el ambiente, más pérdida de agua puede haber, sobre todo en los deportes al aire libre. Con una humedad elevada se pierde menos agua por la piel, pero hay más peligro de sufrir un golpe de calor.
- La temperatura ambiental elevada puede aumentar mucho los requerimientos hídricos, ya sea en deporte outdoor o indoor.
- La rehidratación es especialmente importante en niños que practiquen deporte.
- Hay que recordar que mediante la sudoración no solo se pierde agua sino que también se pierden minerales, aunque en menor proporción. De todas formas, no hay que dar sales «extra» hasta que no se trate de un ejercicio de varias horas. Durante un ejercicio de intensidad media de una hora u hora y media, la mejor bebida en general es el agua.
- Para garantizar un buen rendimiento durante la práctica de deporte es bueno tomar agua mineral natural con minerales, que ayuda a nuestro cuerpo a rendir más y a reponer más fácilmente los minerales perdidos en el ejercicio.